domingo, 5 de julio de 2015

Fracturas


Uno de los problemas más frecuentes ante los cuales se enfrentan los ortopedistas, son: LAS FRACTURAS.

Una fractura es conocida como la pérdida de la continuidad de un hueso. Al ocurrir hay dolor, sensibilidad al movimiento, deformidad, impotencia funcional, hemorragia, crepitación de los fragmentos óseos y edema. Generalmente hay tres motivos por los que un hueso podría llegar a fracturarse y éstas son: por fatiga, por patologías o por traumas.
· Fractura por Fatiga: así como una persona se satura de trabajo y estrés en su vida diaria, ocurre igual con los huesos, es decir, las fracturas de este tipo, se generan por sobrecarga de trabajo y de esfuerzo al hueso sin tener antecedentes de algún accidente. Ocurre frecuentemente en jóvenes entre 20 a 25 años, que suelen ser atletas, futbolistas, basquetbolistas e incluso soldados. 
· Fractura por Patología: es gracias a la debilidad del hueso, principalmente en personas con osteoporosis o por metástasis. Es más común observarse en adultos mayores.
· Fracturas por Trauma: son las más frecuentes, y ocurren por una fuerza externa que provoca que el hueso se fracture. Puede dañar casi todos los huesos y su gravedad depende de qué tan fuerte sea el golpe.
Por otra parte pueden clasificarse como fracturas cerradas o expuestas. Esta clasificación depende de la interacción del hueso con el medio ambiente. La fractura cerrada no genera relación entre hueso y exterior, mientras que la expuesta se genera cuando la fractura provoca que se rompa la piel, y el hueso es susceptible a infectarse. Así mismo, puede ser completa o incompleta, dependiendo si la fractura atravesó todo el hueso o no.
La fuerza ejercida en el hueso, así como la dirección, duración y magnitud del golpe influyen mucho en un hueso al fracturarse.

Las complicaciones pueden incluir shock hipovolémico por la pérdida de sangre, embolia pulmonar, lesiones vasculares y nerviosas, infección, necrosis, que tenga mala posición, etc.
 Las fases del tratamiento son:
a) Reducción: manipular el hueso hasta ponerlo en posición para conseguir una buena función y acelerar la recuperación. Puede ser por manipulación con maniobras manuales o por cirugía.
b) Contención: se debe inmovilizar la fractura y reducir el movimiento sin impedirlo por completo, evitar que se desplace y reducir el dolor.
c) Rehabilitación: el hueso y los tejidos de alrededor requieren de un proceso de rehabilitación para recuperar la funcionalidad al máximo nivel posible.



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