Uno de los problemas más
frecuentes ante los cuales se enfrentan los ortopedistas, son: LAS FRACTURAS.
Una fractura es conocida como la pérdida de la continuidad de un hueso. Al ocurrir hay dolor, sensibilidad al movimiento, deformidad, impotencia
funcional, hemorragia, crepitación de los fragmentos óseos y edema. Generalmente
hay tres motivos por los que un hueso podría llegar a fracturarse y éstas son:
por fatiga, por patologías o por traumas.
· Fractura por Fatiga: así
como una persona se satura de trabajo y estrés en su vida diaria, ocurre igual
con los huesos, es decir, las fracturas de este tipo, se generan por sobrecarga
de trabajo y de esfuerzo al hueso sin tener antecedentes de algún accidente.
Ocurre frecuentemente en jóvenes entre 20 a 25 años, que suelen ser atletas,
futbolistas, basquetbolistas e incluso soldados.
· Fractura por Patología: es gracias a la debilidad del hueso, principalmente en personas con osteoporosis o por metástasis. Es más común observarse en adultos mayores.
· Fracturas por Trauma: son
las más frecuentes, y ocurren por una fuerza externa que
provoca que el hueso se fracture. Puede dañar casi todos los huesos y su gravedad depende de qué tan fuerte sea el golpe.
Por otra parte pueden
clasificarse como fracturas cerradas o expuestas. Esta clasificación depende de
la interacción del hueso con el medio ambiente. La fractura cerrada no genera
relación entre hueso y exterior, mientras que la expuesta se genera cuando la
fractura provoca que se rompa la piel, y el hueso es susceptible a infectarse. Así mismo, puede ser completa o incompleta, dependiendo si la fractura atravesó todo el hueso o no.
La fuerza ejercida en el hueso, así como la dirección, duración y magnitud del golpe influyen mucho en un hueso al fracturarse.
Las complicaciones pueden
incluir shock hipovolémico por la pérdida de sangre, embolia pulmonar, lesiones vasculares y
nerviosas, infección, necrosis, que tenga mala
posición, etc.
Las fases del tratamiento son:
a) Reducción: manipular el hueso hasta ponerlo en posición para conseguir una buena función y acelerar la recuperación. Puede
ser por manipulación con maniobras manuales o por cirugía.
b) Contención: se debe inmovilizar la fractura y reducir el movimiento sin
impedirlo por completo, evitar que se desplace y reducir el dolor.
c) Rehabilitación: el hueso y
los tejidos de alrededor requieren de un
proceso de rehabilitación para recuperar la funcionalidad al máximo nivel
posible.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario